Un dominicano que se hizo pasar por el embajador de su país en EE.UU para pedir dinero para obras benéficas inexistentes fue condenado por un juez de Nueva York a un mínimo de quince meses y un máximo de cuatro años de cárcel, informó ayer la Fiscalía de Manhattan.
El acusado, Francisco Alberto Gautreaux Calcaño, "abusó de la generosidad de inmigrantes que quisieron ayudar a sus compatriotas necesitados", dijo en un comunicado el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance, tras conocerse la sentencia del juez Edward McLaughlin.
Gautreaux Calcaño, de 43 años, se había declarado culpable el pasado 13 de agosto de dos delitos por hurto mayor en tercer grado y por conspirar para cometer fraude en primer grado, y cumplirá su sentencia en la prisión de Rikers Island, según detalló a Efe un portavoz de la oficina del fiscal.
Los hechos ocurrieron entre octubre de 2010 y enero de 2011, cuando el acusado aseguró a varias personas en Nueva York y en República Dominicana que recaudaba fondos para transportar vehículos de emergencias a municipios y a organizaciones sin ánimo de lucro en su país.
El 30 de diciembre de 2010 se comunicó con el senador estatal de Nueva York Adriano Espaillat y le dijo que llamaba en nombre del entonces embajador Roberto Saladín porque recaudaban fondos para pagar el envío de vehículos todoterreno a la ciudad de Salcedo, en República Dominicana.
Como resultado de esa llamada le proveyeron los datos de una persona que vive en el distrito del senador en Manhattan, que tenía contactos en Salcedo, y el acusado logró entonces comunicarse con varios individuos a quienes pidió fondos, entre ellos al alcalde de de Salcedo y el hermano de éste, quien vive en Nueva York.
El hombre recaudó 11.545 dólares de tres de sus víctimas en la Gran Manzana para el transporte a Salcedo de los vehículos, que no existían, según la Fiscalía.
La Fiscalía obtuvo grabaciones en un centro de envío de dinero de Western Union cerca del domicilio de Gautreaux Calcaño en Frederick (Maryland), en las que se le ve recibiendo el dinero.
Durante el registro de su apartamento se encontraron recibos de la compañía donde recibió el dinero, que permitieron a las autoridades saber que había otra víctima: un orfanato en la República Dominicana que le envió alrededor de 5.000 dólares para el transporte de un autobús, que tampoco existía.
El acusado, Francisco Alberto Gautreaux Calcaño, "abusó de la generosidad de inmigrantes que quisieron ayudar a sus compatriotas necesitados", dijo en un comunicado el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance, tras conocerse la sentencia del juez Edward McLaughlin.
Gautreaux Calcaño, de 43 años, se había declarado culpable el pasado 13 de agosto de dos delitos por hurto mayor en tercer grado y por conspirar para cometer fraude en primer grado, y cumplirá su sentencia en la prisión de Rikers Island, según detalló a Efe un portavoz de la oficina del fiscal.
Los hechos ocurrieron entre octubre de 2010 y enero de 2011, cuando el acusado aseguró a varias personas en Nueva York y en República Dominicana que recaudaba fondos para transportar vehículos de emergencias a municipios y a organizaciones sin ánimo de lucro en su país.
El 30 de diciembre de 2010 se comunicó con el senador estatal de Nueva York Adriano Espaillat y le dijo que llamaba en nombre del entonces embajador Roberto Saladín porque recaudaban fondos para pagar el envío de vehículos todoterreno a la ciudad de Salcedo, en República Dominicana.
Como resultado de esa llamada le proveyeron los datos de una persona que vive en el distrito del senador en Manhattan, que tenía contactos en Salcedo, y el acusado logró entonces comunicarse con varios individuos a quienes pidió fondos, entre ellos al alcalde de de Salcedo y el hermano de éste, quien vive en Nueva York.
El hombre recaudó 11.545 dólares de tres de sus víctimas en la Gran Manzana para el transporte a Salcedo de los vehículos, que no existían, según la Fiscalía.
La Fiscalía obtuvo grabaciones en un centro de envío de dinero de Western Union cerca del domicilio de Gautreaux Calcaño en Frederick (Maryland), en las que se le ve recibiendo el dinero.
Durante el registro de su apartamento se encontraron recibos de la compañía donde recibió el dinero, que permitieron a las autoridades saber que había otra víctima: un orfanato en la República Dominicana que le envió alrededor de 5.000 dólares para el transporte de un autobús, que tampoco existía.
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