Miguel
Cruz Tejada
NUEVA
YORK._ Familiares, activistas comunitarios y vecinos de dos dominicanos muertos
en enero y noviembre de este año en sendos accidentes en la peligrosa
intersección de las calles Borinquen Place y la calle Keap de Brooklyn,
calificados por las autoridades como homicidios vehiculares, realizaron una
vigilia en la que reclamaron justicia para las víctimas.
Portando
velas, carteles, velones y flores, los participantes en la vigilia se
congregaron en el área denominada Borinquen Place, donde fueron mortalmente
atropellados los padres dominicanos Leopoldo Hernández y Raúl de la Cruz de 56
y 36 años de edad respectivamente.
Hernández
murió el 11 de enero y de la Cruz el 14 de noviembre. Ambos estaban cruzando la
vía. Mariana Batantis, una estudiante de enfermera que acompañaba a de la Cruz,
quedó gravemente herida y todavía sigue en un hospital recuperándose de las
heridas.
En ambos
casos, los conductores huyeron de la escena.
El
segundo fue arrollado por otro vehículo mientras yacía en el pavimento después
de haber sido golpeado por el conductor de una camioneta que lo dejó
desangrándose en el asfalto.
Batantis
dijo que ahora su pierna es un pedazo de metal y parte de su cadera quedó
pulverizada y hubo que hacer cirugía para cerrarle las heridas en el rostro.
Jennifer
Sánchez, hermana de la atropellada dijo que todavía Batantis tiene mucha
infección en el cuerpo y se desconoce cuándos será despachada del necrocomio.
Uno de
los problemas principales de la familia es la falta de seguro médico de Mariana
en tanto, el hospital Elmhurst donde se recupera, presiona para informarse
sobre quién pagará los gastos.
Su madre
está desesperada, no habla inglés y ni siquiera está orientada de cómo comenzar
a resolver el problema.
Pero
tiene una ventaja, en el sistema de salud de Estados Unidos, el que no puede,
no paga.
Representantes
del grupo Alianza por el Progreso Dominicano dijeron que colectan firmas para
que las autoridades evalúen la situación de la peligrosa intersección, donde ya
suman seis los muertos en pocos meses.
Mariela
Liriano, viuda de Hernández narró que después de la muerte de su marido, la
situación del hogar es más difícil que nunca, especialmente con los niños
preguntando cuándo llegará su papá.
La intersección
de las calles de Keap y Borinquen Place tiene varias entradas, hay poca
señalización y los conductores alegan que se confunden, además de choferes distraídos.
"Por
ahí, los choferes manejan texteando, hablando por teléfono y una semana antes
de matar a mi cuñado, a mí me tuvieron al matar también", añadió Liriano.
Ingrid de
la Cruz, hermana de Raúl dijo que la comunidad está exigiendo que las
autoridades modifique la vía para evitar que se sigan produciendo accidentes,
porque además de los muertos hay varias personas han resultado heridas de
gravedad.
Hernández
se dirigía a su trabajo la madrugada del 11 de enero, cuando fue impactado por
el vehículo que lo mató.
Raúl de
la Cruz era padre de dos hijos, murió en la escena, dijeron las autoridades.
El
conductor abandonó el vehículo a cinco cuadras de distancia del accidente y fue
encontrado por la policía con la parte delantera rota y un parabrisas
destrozado, agregaron los investigadores.
La
policía arrestó horas más tarde a un sospechoso que identificó como Adán Recio
de 27 años, acusándolo de ser el autor de la muerte de de la Cruz y las heridas
graves a la mujer. Tanto la víctima como el chofer detenido residen en
Brooklyn.
Familiares
del occiso lo describieron como un hombre alegre, amable y que amaba la música.
Los carros y siempre tenía una sonrisa para todos. "Desde que llegaba a
cualquier sitio, todos reían porque sabían que era él que entraba", relató
Sandy Hierro un barbero de una peluquería en la que de la Cruz se recortaba el
pelo.
El
fallecido trabajaba en el garage Speed Parking aparcando vehículos, situado en
la calle 20 Oeste de Manhattan, donde era un asistente y se la pasaba bromeando
siempre.
"Era
muy servicial y siempre se mantenía averiguando si alguien necesitaba algo para
ayudarlo", dijo Paul Lefebre de 40 años y empleado recién admitido en esa
compañía.
Se había
separado de la madre de sus dos hijas en edades de 7 y 10 años, pero se mantuvo
siendo un padre responsable. Ayer jueves, la hija mayor cumplió años y de la
Cruz le había prometido llevarla a un restaurante Chuck E. Cheese para celebrar
con ella.
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