Por Marcos Sánchez
República Dominicana.-
Se dice popularmente que “los dominicanos somos como los monos” en abierta referencia a que nos gusta imitar todo lo que vemos.
Por desgracia, la mayoría le da fuerzas a ese adagio una vez accede a algún tipo de información, tendencia extrajera en moda, actitudes y vocablos urbanos de otras culturas y en este caso, el uso de la tecnología.
Está claro que toda regla tiene sus excepciones y es también entendible que las personas arrogantes están diseminadas en todo tipo de cultura en este planeta. Lo más reciente en las imitaciones, son los llamados ‘sexting’ o ‘mensajes de contenido erótico’.
Posiblemente se trate de la inoperante revolución juvenil de turno o el inicio de un delicado y peligroso estilo de vida. Sea lo que sea, hay una enorme escala mundial de jóvenes de ambos sexos que están justo ahora prestándose a esta denigrante práctica pensando que se trata de un simple juego.
Para cuando lleguen aquí los múltiples casos de sexting, muchos padres y hasta adultos, se verán presas de una desagradable situación que para la generalidad no tendrá explicación. Los radicales tomarán partido y dirán que se trata de un asunto depravante ignorando que desde tiempos memorables existe esa conducta humana.
De todas formas, me resultó chocante ser testigo ocular indirecto de una ultra enorme cadena de mensajes reenviados vía correo electrónico. El contenido era bastante explícito: alguien obtuvo una serie de fotografías de una jovencita aparentemente posándole a su novio en paños menores. Se trataba de imágenes sumamente comprometedoras.
-“Mira este mensajito que me enviaron”
-“Bien fuerte el asunto. No da el detalle, pero por el aspecto físico parece de aquí”
-“¡Pero, papá el lío es que se trata de alguien a quien conozco!”
-“¿Alguien de tu entorno?”
-“No la conozco presentada formalmente, pero es alguien a quien he visto muchísimas veces en la calle”
-“¿Y cómo te llegó ese mensaje?”
-“Vía remitentes múltiples”
-“Ese es el problema con los sextings. Quien envía el mensaje lo hace a sus contactos, pero éstos a su vez los reenvían a los suyos y así se arma una incontable cadena no relativa”
-“¿Cómo es que le llaman ahora a la cadena de ese tipo de mensajes?”
-“El nombre no hace referencia a la cadena de mensajes. Se le llama sexting a los mensajes de fotografía de contenido erótico enviados por teléfono y luego colgados en internet”
-“Yo no había oído nada de eso. ¿Y desde cuándo está eso en moda?”
-“Tú lo has dicho muy bien. La juventud lo toma como un juego e ignora los graves problemas que puede causar un sexting. Aquí al parecer llegó ahora, pero la tendencia inició a nivel universitario en EE.UU. en 2006”
-“Ay mi madre, ¿pero se han registrado casos delicados?”
-“Por supuesto y las conclusiones han sido bien severas. Lo que pasa es que las víctimas han sido menores de edad y la ley los ha protegido. Por eso nunca se hicieron públicos”
-“Pero, Marcos, mi hermano ¿y a dónde llegaremos con esta tecnología?”
-“No lo mires desde esa perspectiva. Míralo como una muestra de la debilidad que hay actualmente con la formación y permisividad a un muchacho”
-“¡Espérate, espérate! ¡No me digas que un muchacho nacido en la era digital no tendrá acceso a la Internet y todas esas cosas Marcos!”
-“Si tendrá acceso, el asunto es cómo y en qué forma se les permita el uso de esas tecnologías”
-“Pero es que eso es un lío mi hermano. Ahora todos esos muchachos tienen internet en sus celulares y en la casa”
-“Hablas como si todo estuviera perdido. Mientras estén bajo tu responsabilidad, deberán someterse a tus reglas ¿o no?”
-“Bueno, si, pero ¿qué tal si uno les pone un tipo de castigo y como quiera accesan a internet en sus habitaciones o desde sus celulares?”
-“Dos cosas: un castigo es un castigo total, no a medias. Eso incluye la prohibición del uso tanto del teléfono como de la computadora hasta que termine la imposición. Lo otro es no digas accesar que no existe, sino acceder”
-“Gracias profesor jejeje al menos no me siento tan mal ya que son muchos los que dicen accesar, es más hasta colegas tuyos de la comunicación jajaja”
-“¿Te das cuenta? Se trata de preguntar, de investigar lo que no se conoce. Dejamos todo a chercha y luego nos lamentamos”
-“Tienes razón, pero no te incomodes”
-“Ese es otro de los problemas. Asumimos que admitir la corrección de errores es una muestra de inferioridad. Esa es la parte más delicada del desconocimiento”
-“…creo que es un asunto cultural Mark…”
-“¿Y qué haremos? ¿Quedarnos de brazos cruzados y ver desde una azotea la descomposición de nuestra sociedad mientras tomamos piña colada?”
-“…me has puesto a pensar…”
-“Pues ahora que los tuyos están a tiempo de ser controlados, ponte las pilas que lo que viene será bien desagradable”
-“¿Y qué pasará con esa gran cantidad de padres (ricos o pobres) que no saben nada de nada de estos asuntos Mark?”
-“Que abran bien amplio sus ojos y se documenten preguntando”
-“Será man, será…”
-“Que así sea ya y de paso, asumo que no reenviarás ese mensaje para así evitar ser parte de ese chantaje”
-“¡No, no, para nada! Sólo quería mostrártelo y a la vez recalcarte lo que una vez me dijiste sobre las fotografías”
-“¿Te refieres a la muestra de las mismas?”
-“¡Exacto!”
-“En realidad fue algo que aprendí de alguien. Esa persona me dijo una vez que las fotos eran para enseñarlas una vez le advertía sobre una sugerente imagen”
-“…bueno sin contradecir a esa persona, esa aseveración es cierta…”
-“La pregunta es si son para enseñarlas, ¿por qué se provocan al ser hechas públicas?”
-“Es que se supone que es algo privado Marcos. Nadie tiene derecho a hacerlas públicas”
-“Eso está sujeto a consideración porque el evento que te comenté pasó en 1994 y para ese tiempo los sextings estaban años luz de nuestra realidad”
-“¡Y aún así eran privadas Mark!”
-“Hasta la llegada del sexting amigo mío. Pero hablando como los locos, ¿eres tú acaso víctima del caso en cuestión que noto defiendes aguerridamente la privacidad de una foto?”
-“…eh…”
Cuentos Sociales: "Generación Sexting". © 2011-2012 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.
República Dominicana.-
Se dice popularmente que “los dominicanos somos como los monos” en abierta referencia a que nos gusta imitar todo lo que vemos.
Por desgracia, la mayoría le da fuerzas a ese adagio una vez accede a algún tipo de información, tendencia extrajera en moda, actitudes y vocablos urbanos de otras culturas y en este caso, el uso de la tecnología.
Está claro que toda regla tiene sus excepciones y es también entendible que las personas arrogantes están diseminadas en todo tipo de cultura en este planeta. Lo más reciente en las imitaciones, son los llamados ‘sexting’ o ‘mensajes de contenido erótico’.
Posiblemente se trate de la inoperante revolución juvenil de turno o el inicio de un delicado y peligroso estilo de vida. Sea lo que sea, hay una enorme escala mundial de jóvenes de ambos sexos que están justo ahora prestándose a esta denigrante práctica pensando que se trata de un simple juego.
Para cuando lleguen aquí los múltiples casos de sexting, muchos padres y hasta adultos, se verán presas de una desagradable situación que para la generalidad no tendrá explicación. Los radicales tomarán partido y dirán que se trata de un asunto depravante ignorando que desde tiempos memorables existe esa conducta humana.
De todas formas, me resultó chocante ser testigo ocular indirecto de una ultra enorme cadena de mensajes reenviados vía correo electrónico. El contenido era bastante explícito: alguien obtuvo una serie de fotografías de una jovencita aparentemente posándole a su novio en paños menores. Se trataba de imágenes sumamente comprometedoras.
-“Mira este mensajito que me enviaron”
-“Bien fuerte el asunto. No da el detalle, pero por el aspecto físico parece de aquí”
-“¡Pero, papá el lío es que se trata de alguien a quien conozco!”
-“¿Alguien de tu entorno?”
-“No la conozco presentada formalmente, pero es alguien a quien he visto muchísimas veces en la calle”
-“¿Y cómo te llegó ese mensaje?”
-“Vía remitentes múltiples”
-“Ese es el problema con los sextings. Quien envía el mensaje lo hace a sus contactos, pero éstos a su vez los reenvían a los suyos y así se arma una incontable cadena no relativa”
-“¿Cómo es que le llaman ahora a la cadena de ese tipo de mensajes?”
-“El nombre no hace referencia a la cadena de mensajes. Se le llama sexting a los mensajes de fotografía de contenido erótico enviados por teléfono y luego colgados en internet”
-“Yo no había oído nada de eso. ¿Y desde cuándo está eso en moda?”
-“Tú lo has dicho muy bien. La juventud lo toma como un juego e ignora los graves problemas que puede causar un sexting. Aquí al parecer llegó ahora, pero la tendencia inició a nivel universitario en EE.UU. en 2006”
-“Ay mi madre, ¿pero se han registrado casos delicados?”
-“Por supuesto y las conclusiones han sido bien severas. Lo que pasa es que las víctimas han sido menores de edad y la ley los ha protegido. Por eso nunca se hicieron públicos”
-“Pero, Marcos, mi hermano ¿y a dónde llegaremos con esta tecnología?”
-“No lo mires desde esa perspectiva. Míralo como una muestra de la debilidad que hay actualmente con la formación y permisividad a un muchacho”
-“¡Espérate, espérate! ¡No me digas que un muchacho nacido en la era digital no tendrá acceso a la Internet y todas esas cosas Marcos!”
-“Si tendrá acceso, el asunto es cómo y en qué forma se les permita el uso de esas tecnologías”
-“Pero es que eso es un lío mi hermano. Ahora todos esos muchachos tienen internet en sus celulares y en la casa”
-“Hablas como si todo estuviera perdido. Mientras estén bajo tu responsabilidad, deberán someterse a tus reglas ¿o no?”
-“Bueno, si, pero ¿qué tal si uno les pone un tipo de castigo y como quiera accesan a internet en sus habitaciones o desde sus celulares?”
-“Dos cosas: un castigo es un castigo total, no a medias. Eso incluye la prohibición del uso tanto del teléfono como de la computadora hasta que termine la imposición. Lo otro es no digas accesar que no existe, sino acceder”
-“Gracias profesor jejeje al menos no me siento tan mal ya que son muchos los que dicen accesar, es más hasta colegas tuyos de la comunicación jajaja”
-“¿Te das cuenta? Se trata de preguntar, de investigar lo que no se conoce. Dejamos todo a chercha y luego nos lamentamos”
-“Tienes razón, pero no te incomodes”
-“Ese es otro de los problemas. Asumimos que admitir la corrección de errores es una muestra de inferioridad. Esa es la parte más delicada del desconocimiento”
-“…creo que es un asunto cultural Mark…”
-“¿Y qué haremos? ¿Quedarnos de brazos cruzados y ver desde una azotea la descomposición de nuestra sociedad mientras tomamos piña colada?”
-“…me has puesto a pensar…”
-“Pues ahora que los tuyos están a tiempo de ser controlados, ponte las pilas que lo que viene será bien desagradable”
-“¿Y qué pasará con esa gran cantidad de padres (ricos o pobres) que no saben nada de nada de estos asuntos Mark?”
-“Que abran bien amplio sus ojos y se documenten preguntando”
-“Será man, será…”
-“Que así sea ya y de paso, asumo que no reenviarás ese mensaje para así evitar ser parte de ese chantaje”
-“¡No, no, para nada! Sólo quería mostrártelo y a la vez recalcarte lo que una vez me dijiste sobre las fotografías”
-“¿Te refieres a la muestra de las mismas?”
-“¡Exacto!”
-“En realidad fue algo que aprendí de alguien. Esa persona me dijo una vez que las fotos eran para enseñarlas una vez le advertía sobre una sugerente imagen”
-“…bueno sin contradecir a esa persona, esa aseveración es cierta…”
-“La pregunta es si son para enseñarlas, ¿por qué se provocan al ser hechas públicas?”
-“Es que se supone que es algo privado Marcos. Nadie tiene derecho a hacerlas públicas”
-“Eso está sujeto a consideración porque el evento que te comenté pasó en 1994 y para ese tiempo los sextings estaban años luz de nuestra realidad”
-“¡Y aún así eran privadas Mark!”
-“Hasta la llegada del sexting amigo mío. Pero hablando como los locos, ¿eres tú acaso víctima del caso en cuestión que noto defiendes aguerridamente la privacidad de una foto?”
-“…eh…”
Cuentos Sociales: "Generación Sexting". © 2011-2012 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.
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