POR: AP
Nueva York - Las fotos del antes y
el después lo dicen todo. Y explican por qué Sammy Sosa no será elevado
al Salón de la Fama hoy, y posiblemente nunca.
El contraste entre el físico de Sosa antes
de la era de los esteroides y su físico en pleno apogeo del uso de esas
sustancias prohibidas es sorprendente. Tal vez el más notable entre los
peloteros de esa época.
Tal contraste físico refleja también, por otro lado, una enorme diferencia en las estadísticas del dominicano antes y después.
Entre
1998 y 2002, Sosa disparó 292 de los 609 jonrones que acumuló en su
carrera. Nadie en la historia del béisbol de Grandes Ligas ha pegado
tantos cuadrangulares en un lapso de cinco años. No hay otro pelotero
con tres temporadas de 60 jonrones o más, como hizo Sosa en 1998, 1999 y
2001.
El más
simbólico de esos años fue 1998, en el que Sosa se enfrascó en una
pulseada memorable con Mark McGwire, quien trituró el récord de 61
jonrones en una campaña que Roger Maris había fijado en 1961. Esa gesta
sirvió para reconciliar a los fanáticos con el béisbol de Grandes Ligas
tras la huelga que dio al traste con la Serie Mundial de 1994.
Pero
Sosa fue en otros años un jugador común y corriente, con números que no
se ajustan a los estándares del Salón de la Fama. Apenas conectó 36
jonrones entre 1989 y 1992 con los Medias Blancas y Cachorros de
Chicago. Su .OBP (embasado más slugging acumulado) entre 1990-96 fue de
.783. ¿El de 1998-02? 1.046.
La candidatura de Sosa a Cooperstown esencialmente
se fundamenta en los batazos de larga distancia, ayudado por ser el
ocupante del octavo lugar en la lista histórica.
Su
prodigiosa producción ofensiva le convirtió en uno de los jugadores más
populares, saliendo en anuncios comerciales de sodas, comida rápida y
juegos de video.
De
ser uno de los jugadores más productivos de ese período 1998-2002, Sosa
parece remar contra la corriente. Ahora puede cruzar los dedos para
seguir vigente en las próximas votaciones.
El
nombre de Sosa se somete por primera vez en la votación de la
Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica, y está salpicado con
las sospechas de consumo de esteroides que persiguen a Barry Bonds y
Roger Clemens.
Sosa
siempre ha insistido que nunca empleó esteroides, pero el diario The
New York Times informó en 2009 que el nombre del dominicano figuró entre
los 104 casos positivos que se detectaron en 2003. Esa fue la temporada
en la que Grandes Ligas realizó una serie de análisos anónimos que
derivaron en un más abarcador programa de controles. Sosa, inclusivo,
compareció en 2005 ante una comisión del Congreso estadounidense y negó
el consumo de sustancias para mejorar el rendimiento.
El
declive posterior de Sosa, a partir de 2003, fue pronunciado. Totalizó
110 jonrones con un slugging de .486 en los últimos cuatro años de su
carrera, en lo que se produjó el tristemente célebre episodio en el que
fue sorprendido con un bate de corcho y luego sufrió una lesión en la
espalda provocada por estornudar muy fuerte.
De
acuerdo con sondeos previos a la votación, Bonds, Clemens y Sosa no
alcanzarán el mínimo necesario de 75% cuando el resultado se anuncie el
miércoles.
Pero
hay un detalle que resalta llamativamente: muchos de los periodistas que
han hecho caso omiso de las acusaciones de dopaje para respaldar a Bonds y Clemens
pasan por alto a Sosa. Varios de esos cronistas indican que estarían
dispuestos a votar por Bonds y Clemens en los próximos años, pero Sosa
recibiría el mismo trato.
El
argumento se centra en que los otros dos ya habían tenido un
rendimiento que llenaba los requisitos para entrar a Cooperstown antes
del período en el que el consumo de esteroides se hizo rampante.
"Yo
votaría sin duda por Bonds y Clemens. Todavía tengo que analizar la
trayectoria de Sosa", comentó Jim Caple, redactor de ESPN.com.
Una
consulta de The Associated Press con 112 votantes, casi una quinta
parte de los que pueden participar, dejó a Bonds con un 45%, a Clemens
con 43% y a Sosa con un distante 18%.
Sosa, por su parte, se ha mantenido al margen de la discusión.
"Realmente
creo inoportuno hablar de Cooperstown en estos momentos, no quiero que
mis palabras incidan en nada en los votantes y por eso prefiero
esperar", dijo Sosa el mes pasado al diario dominicano Listín Diario.
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