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| Foto AP | 
   POR: Lucero Amador-Miranda
 
En diversas ocasiones a Jenni Rivera se le acusó de "trabajar" para el narcotráfico.
 Con su inesperada y trágica muerte el pasado mes de diciembre las especulaciones se han incrementado.
 En la última entrevista que La Diva de la Banda, concedió a ¡holaLA! en septiembre pasado, ella negó realizar presentaciones privadas.
 "No, no hay necesidad", precisó en aquella ocasión. "Mira lo que le pasó a Ramón Ayala, ¿qué necesidad hay?".
 Sin embargo, recientemente, declaraciones de un testigo protegido, 
"Jennifer" —como se hace llamar un abogado del Cartel de los Beltrán 
Leyva, al que pertenecía Edgar Valdez Villareal "La Barbie"—, dijo haber contratado artistas para amenizar fiestas privadas.
 Entre ellos, a la intérprete de Querida socia, según publicó esta semana el diario mexicano Reforma. 
 Jenni Rivera
 murió el pasado nueve de diciembre en Monterrey, México, cuando el 
avión en el que viajaba, junto con cuatro personas de su equipo de 
trabajo, se estrelló.
 Desde entonces las especulaciones sobre un atentado en su contra, por 
parte del narcotráfico, son rumores que ni las autoridades ni los 
familiares han aclarado.
 Según el testigo que cita la publicación, las contrataciones se 
realizaban a través de José Carlos Salinas Rodríguez, "El Charly", quien
 supuestamente es compadre del narcotraficante, quien fue arrestado por 
las autoridades mexicanas en 2010.
 El testigo dijo que Rivera, además de cantar en algunas fiestas 
privadas, había consumido cocaína y algunas tachas. Y que además la 
cantante había sido humillada por "La Barbie", cuando este la pateó en 
un acto de burla y broma.
 El diario cita que esas declaraciones del testigo se realizaron a las autoridades mexicanas en diciembre de 2009.
 ¡holaLA! intentó hablar con alguno de los integrantes de la familia 
Rivera, específicamente con su padre, Pedro Rivera, pero su publicista 
dijo que por el momento no podía dar declaraciones a la prensa.
 Cuando —durante la citada anteriormente entrevista en su casa de 
Encino— se le preguntó a La Diva de la Banda, si ella aceptaba 
contrataciones privadas, lo negó.
 Explicó que, cuando un artista ofrecía ese tipo de presentaciones, era difícil saber quién le estaba contratando.
 "Es verdad que a veces no sabes [quién contrata]. A uno le dicen: 'vas a
 cantar en cierto lugar y te van a pagar tanto'. Yo dije: 'no, no quiero
 problemas'. Y lástima, porque hay gente de mucho dinero en México que 
puede pagar una presentación de Jenni. Pero mejor no me arriesgo".
 Rivera aseguró que ni en Estados Unidos ni en México se presentaba en fincas privadas, sólo en plazas públicas.
 La vida de la intérprete de Parrandera, rebelde y atrevida estuvo siempre dividida entre el éxito, la fama y el escándalo.
 Pero estos no llegaron con la fama.
 Antes de ser famosa, Jenni Rivera
 llevaba una vida de escándalos, pero se le vinculó con el narcotráfico 
desde que se supo que su segundo esposo, Juan López, fue sentenciado en 
2007 por tráfico de drogas.
 Esa idea tomó más fuerza —aunque nunca pudo ser demostrada— en 2009, 
cuando la cantante fue detenida en el Aeropuerto Internacional de la 
Ciudad de México, antes de iniciar su viaje de regreso a Los Ángeles, 
por no haber declarado a las autoridades aduanales que llevaba más de 50
 mil dólares.
 En su momento aclaró que el total del dinero no lo llevaba ella, sino que iba dividido con personal de su equipo de trabajo.
 Sin embargo aclaró que "sé que trabajo honestamente, honradamente, decentemente. Así es como siempre he mantenido a mis hijos".
 Luego de la tragedia, se dio a conocer que el empresario Christian 
Esquino Núñez, director de operaciones en México de la compañía Starwood
 Management, propietaria del avión Learjet 25 donde viajaba la cantante,
 tiene supuestas conexiones con el narcotráfico.
 En una entrevista a la cadena Telemundo, el empresario negó las 
acusaciones de narcotráfico hechas por la DEA, la agencia antidrogas del
 país, y dijo que al enterarse de la tragedia, lo primero que le vino a 
la mente fue que había sido un "sabotaje".
 Otras publicaciones aseguran que "fuentes" cercanas a una investigación
 de ICE (Agencia de Migración y Aduanas de Estados Unidos), revelaron 
que la artista se había negado a participar —sin especificar en qué 
áreas— con el grupo delictivo los Zetas, sugiriendo que esa era la razón
 del supuesto atentado.
 Hasta el momento, todo lo relacionado con la muerte de la artista y sus acompañantes sigue siendo investigado.
 Su relación con el narcotráfico está conectada a través declaraciones de "testigos protegidos", "fuentes cercanas" y supuestos.
 En las diversas entrevistas con los familiares de la cantante, nunca ha dejado entrever sospechas de un atentado.
 Más bien han manifestado su tristeza y desazón por la muerte de la intérprete de La gran señora.
 De hecho su hermano, Lupillo Rivera,
 conocido también como el Toro del Corrido, ha regresado a laborar y dio
 a conocer que sólo reemplazará a Jenni en una fecha de presentación, 
que su hermana tenía prevista antes de su fallecimiento.
 Será el próximo tres de febrero en la Feria de León, Guanajuato.
 En una entrevista para Univision, el cantante dijo que de ninguna 
manera con su actuación estaría sustituyendo a su hermana. Que 
aprovechará para rendirle homenaje.

 
 
 
 
 


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