La Espina que me dejaste en el corazón (Reflexión)

New York, Por, Lissette Garcia,

Olvidaste que no soy de hierro, que soy de carne y hueso, que tengo sentimientos, muy dentro de mi esta el dolor y el dulce sabor de aquello que un dia fuera para mi eterno, pero que hoy se ha convertido en hiel, amargo, como el cianuro, dañando cada recuerdo, cada instante vivido junto a ti,, he preferido cambiar, sí, he cambiado tanto que ni yo misma me reconozco.

Me miro en el espejo y veo en mi rostro los estragos de un dolor que no pasa, que no cede por más que lo intento, esta espina, esta espina que has clavado tan honda en mi corazón no me permite ver, necesito mirar, observar aunque de lejos que aun hay parejas que se hacen el amor con solo una mirada, pero y yo, que he de hacer yo, si ya tú no estás y aunque quisiera no podría permitirte que vuelvas, volver a que, a seguir con un vuelo donde solo tú eres el ave de colores que me transporta con sus alas al mismo cielo y que sin piedad desde lo más alto lanzas y observas como destruyes.

Cuidado, pues en uno de esos vuelos podrían tus alas quedar enredadas y causarte una profunda herida que cause tu muerte, pues no soportarías saber que no podrás volver a alzar el vuelo, pues la espina que clavaste en mi corazón en uno de tus alocados vuelos se enredó en tus alas y ahora soy libre, si, libre y tu esclavo de ti mismo, de tu vanidad y de tu ego. La soledad ha de marcar tu rumbo, entonces pensaras, “Donde andará aquella que me amo’ y que me entrego su corazón” pero será muy tarde, pues ya no estaré, porque todo tiene un límite, una hora y la tuya ya se ha cumplido.

Mientras tanto yo seguiré mi camino, ya no como antes, pues siempre he de ver la cicatriz que dejo la espina clavada en el mismo centro de mi corazón, olvídame, que yo sabré sobre ponerme un dia serás un recuerdo, solo eso un mal recuerdo, pues la espina que clavaste llevaba incrustada una sobre dosis de veneno mesclado de cianuro y centeno. Recuperarme será mi deber y he de buscar ese antídoto y un dia volveré a ser quien antes fui feliz, pero ya sin ti.

Lissette Garcia
RosasSinEspinas