Por Marcos Sánchez,
República Dominicana.-
Vamos a ser honestos: Los hermanos Anthony y Joe Russo se entendieorn a la perfección con los guionistas Christopher markus y Stephen McFeely para que la adpatación hecha por éstos dos últimos funcionara en el cine.
Créditos a Ed Brubaker por su concepto e historia y obviamente a Joe Simon y Jack Kirby por la creación del cómic.
Créditos a Ed Brubaker por su concepto e historia y obviamente a Joe Simon y Jack Kirby por la creación del cómic.
El fin de semana se estrenó en EE.UU. (desde el jueves pasado en República Dominicana) y la recepción fue algo más que espectacular al colectar 96.2 millones de dólares.
La luz verde para una inexorable tercera entrega con los mismos directores, había sido dada semanas antes cuando fue estrenada en 34 mercados y llevarse 75 millones antes de su inminente exhibición en el país de origen.
La luz verde para una inexorable tercera entrega con los mismos directores, había sido dada semanas antes cuando fue estrenada en 34 mercados y llevarse 75 millones antes de su inminente exhibición en el país de origen.
Lo interesante y determinante de una película basada en un cómic es no tomarse tantas libertades creativas o artísticas que muchas veces, van en detrimento de la adaptación y sacan fuera de contexto la esencia de los personas y sus respectivas historias. Los hermanos Russo se cuidaron de eso y con frecuencia Kevin Feige supervisaba el proyecto sabiendo los directores que el ejecutivo no aceptaría excesos con el segundo personaje más lucrativo de la Disney/Marvel.
La interrogante sería ¿funciona o no "El capitán América: El Soldado del Invierno"?. En cierta forma sí y en otra, resulta un tanto cansona.
El film inicia bastante ágil poniendo de manifiesto lo avanzado que se encuentra Steve Rogers en su adaptación a un mundo que apenas reconoce y también una muestra más amplia de sus habilidades físicas.
La introducción de Alexander Pierce (Robert Redford) estuvo formidable y por supuesto, la intermitente participación de Nick Fury (Samuel L. Jackson).
El problema que vimos en esta secuela, fueron los prolongados diálogos entre las muy elaboradas y buenas escenas de acción (El personaje Falcon -Anthony Mackie- posee algunas espectaculares) que ciertamente funcionan sin fallas inyectándole al film una sensación creíble propia de un escenario matizado por espías y en un Washington que aunque aparenta ser sólido de día, la realidad es que no lo es del todo.
Se pudo acelerar ciertas explicaciones sobre la complicada trama, centrarse más en El Soldado del Invierno y desarrollar esas escenas de acción de forma prolongada. Lo otro era cuestión de dejarle el camino abierto a los efectos visuales, la pirotecnia y peleas de tú a tú, aderezadas con esa incesante, pero prudente partituras, que ponían (y desesperaban) a uno tornándonos expectantes.
Preste especial atención a las escenas pre y post créditos para que entienda algunas interrogantes de referencias hechas durante los diálogos sostenidos entre los protagonistas principales. Una pista: El sostenido entre el Dr. Arnim Zola (Tobey Jones), Capitán América (Chris Evans) y La Viuda Negra/Natasha Romanoff (Scarlett Johansson).
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