POR Nathanael Pérez Neró
SANTO DOMINGO. Desde que realizó su último swing en un parque de Grandes Ligas, el 29 de septiembre de 2007 en Seattle, entre Sammy Sosa y el deporte que lo transformó de limpiabotas a una marca millonaria conocida desde Hollywood hasta Tokio comenzó una relación de distanciamiento que no hizo más que crecer en los últimos cinco años.
El co-protagonista del espectáculo que regresó al público a los estadios tras la huelga de 1995, el que paralizaba su país al nivel de Félix Sánchez o Pedro Martínez o el que cada 12 de noviembre organizaba en su villa de Casa de Campo el cumpleaños más mediático del año, vive hoy alejado del mundo del béisbol, tanto en los Estados Unidos como en Quisqueya.
Según reportes, el petromacorisano invierte su tiempo con empresarios de materias primas y otros ramos. Ocasionalmente aparece en actividades relacionadas al mundo de la farándula y asiste a partidos de la NBA, del Heat de Miami, ciudad donde reside.
A principios de año dijo tener interés en invertir más de US$50 millones en un proyecto turístico en Uruguay y prometió llevar un programa de viviendas económicas a Cartagena, Colombia.
Pero su nombre saldrá de ese anonimato dentro de varios días cuando los miembros de la Asociación Estadounidense de Escritores de Béisbol (BBWAA) se sienten a completar las boletas para escoger los nuevos integrantes del Salón de la Fama de Cooperstown, que serán anunciados el nueve de enero próximo.
El anuncio del próximo grupo estará marcado por la mayor presencia de jugadores emblemáticos con estadísticas de sobra para ingresar sin problema al pabellón de los inmortales, pero cuyas carreras estuvieron vinculadas a sospechas no confirmadas sobre el uso de esteroides y otros actos controversiales.
Los pesos pesados del grupo son Barry Bonds y Roger Clemens (ambos con casos ganados en la justicia estadounidense por casos de dopaje), pero también se incluyen jugadores como Craig Biggio, Curt Schilling, Mike Piazza y David Wells. Los dominicanos Julio César Franco y José Mesa entrarán a su primera boleta.
Y el referente sobre jugadores que confesaron o arrojaron positivo a pruebas de dopaje no augura resultados nada halagüeños para el grupo de 2013.
Mark McGwire, que confesó el uso de creatina, nunca ha superado el 23% en seis ocasiones y Rafael Palmeiro, quien falló varios meses después de haber jurado no haberse dopado en 2005, no ha recibido más del 12% en dos ocasiones. Se requiere superar el 75% de los votos para ingresar.
En el caso de Sosa, su mayor desconfianza al uso de sustancias prohibida fue la revelación hecha por el periódico The New York Times el 16 de junio de 2009 donde el diario aseguraba que era parte de un supuesto grupo de 104 peloteros que fallaron a pruebas realizadas en 2003, dos años antes de que la MLB comenzara a sancionarlas.
El punto de la discordia
En el capítulo cinco de la BBWAA relacionado a las condiciones que tiene que tener un jugador par ser votado a Cooperstown dice:
"Los votos deben estar basados en las estadísticas de los jugadores, las habilidades, integridad, caballerosidad, carácter y contribución al (los) equipo (s) que jugó".
Es la palabra "integridad" lo que compromete a Sosa y al resto. Además de la sospecha de uso de esteroides, el tres de junio de 2003, el bate del ex jardinero se rompió mientras tomaba un turno contra los Tampa Bay Devil Rays en Chicago y se descubrió que el mismo estaba alterado con corcho.
La MLB comenzó una investigación que incluyó la revisión de 76 bates (cinco de ellos que están en Cooperstown) y no descubrió ninguna irregularidad, pero quedó la sospecha.
La forma en cómo salió de Chicago, la ciudad donde creó su mito, también generó interrogantes que aún en estos días se desconocen en público. Es el dueño de la marca de jonrones en el equipo, pero su nombre es mencionado en voz baja. NPerez@diariolibre.com
Candidatos
McGwire y Palmeiro regresan a las boletas que serán depositadas el próximo mes. También vuelven a figurar Jeff Bagwell, Edgar Martínez, Don Mattingly, Fred McGriff. De no ingresar en su primer intento Bonds, Sosa, Clemens u otro de los jugadores sospechosos o confesos el panorama se complicará para las siguientes dos temporadas. En 2014 figurarán entre las opciones los lanzadores Greg Maddux y Tom Glavine, mientras que al año siguiente entrarán Pedro Martínez, Randy Johnson y John Smoltz. En términos brutos, para ingresar, se necesitan tomar más de 430 votos, pero ningún sospechoso o confeso ha recibido más de 128.
Fuente Diario Libre
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