POR: Gloria Medina/EDLP
Nueva York — Más de 30 personas entre familia y amistades acudieron ayer a la Corte de El Bronx para escuchar la sentencia contra el expolicía que fue encontrado culpable de matar su la esposa.
Esposado en la espalda, con traje color negro y corbata se presentó Eddy Coello, de 40 años, frente al juez Ralph Frabizio, quien lo sentenció a la pena máxima de 25 años a por vida en una prisión estatal, por el cargo de asesinato en segundo grado.
A un lado del salón estaban los familiares de la víctima Tina Adovasio, de 40 años, quienes en medio de llanto y gritos de aprobación gritaron "sí", "sí", al escuchar la sentencia.
Al otro lado, las hermanas e hijas de Coello sollozaban.
Antes de dictar la sentencia, el juez pidió que se leyeran los testimonios de los presentes.
"Cissy era compasiva, valiente y honesta", fueron algunos de los calificativos que utilizó Stephanie Susco, para describir a su cuñada con una voz entre cortada y llorosa. "La pérdida de Cissy impactó nuestra familia en muchas formas… dejó a sus cuatro hijos: Joseph, Alexis, Michael y Mia sin una madre".
Acerca de Coello, Susco lo describió como un "Abusivo, violento, un monstruo, un diablo, cobarde y asesino".
De pie, Coello agachó la cabeza mientras escuchaba atentamente, y restregaba las manos temblorosas.
Adrienne Susco, madre de la víctima, dijo con una voz temblorosa: "Una madre nunca debería enterrar a su hija, por su violencia la tuve que enterrar… espero que pase el resto de su vida miserable, de la manera que mi hija sufrió. Agradezco a Dios que Mia nunca sabrá del monstruo que tiene como padre".
En defensa de Coello, Renée Hill, su abogada, dijo al juez que éste era "un trágico evento que dejó dos familias destruidas.
El señor Coello siempre ha expresado su remordimiento por sus acciones".
Coello inició la lectura de su declaración nombrando uno a uno los familiares de la víctima, incluyendo sus hijos y les pidió perdón".
"Lo siento por hacerlos pasar por esto y por el dolor por el que están pasando… estoy avergonzado y tomo la responsabilidad por completo de lo que pasó.
No hay palabras para describir el sufrimiento que siento. Perdí mi esposa y todo el contacto con mi hija Mia", dijo Coello sin poner controlar las lágrimas.
Al salir de la corte, una de las hijas de Coello se limitó a decir: "Sólo amo a mi padre".
Los familiares de la víctima se abrazaban y lloraban al salir de la corte.
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