POR: Zaira Cortés/EDLP
Nueva York - Las fantasías y planes
criminales de un policía hispano de Queens, podrían superar por mucho la
imaginativa de algunas macabras producciones hollywoodenses.
Gilberto Valle III,
de 28 años y residente de Forest Hill, fue arrestado el miércoles por
agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), luego de que la
agencia tomara conocimiento -en septiembre pasado- de que el veterano
del N.Y.P.D por seis años, enviaba correos electrónicos desde su
computadora personal discutiendo planes para secuestrar, violar,
torturar, matar, cocinar y comer partes de mujeres.
Según
documentos de corte, Valle, quien vivía en un edificio no identificado
en Yellowstone Boulevard, en Forest Hills (Queens) indicó en
conversaciones -entre el 9 y el 17 de julio- con un co-conspirador
identificado en la denuncia como CC-1, que planeaba cocinar a fuego
lento a una de sus víctimas potenciales (descrita como víctima 1) y
mantenerla viva el mayor tiempo posible.
El policía, asignado el Cuartel 26 en Manhattan,
especificó que su horno era tan grande que las chicas podrían caber con
las piernas dobladas. En la conversación, Valle explica que la familia
de la mujer se encuentra fuera del estado, describe un plan para sacarla
de su departamento en la oscuridad sin causar alarma y luego dormirla
con cloroformo, fabricado con una receta de internet que intercambió con
su co-conspirador.
"Me
encanta que ella este dormida justo ahora sin tener la mínima idea de
lo que planeamos. Sus días están contados…", dice Valle con frialdad a
su co-conspirador, quien responde: "Tú sabes que no podemos dejar ningún
residuo de ella tenemos cerca de 75 libras de comida aquí".
Esposa dio la alerta
Según la agencia Associated Press,
la esposa de Valle, Kathleen, contactó a las autoridades de la ley tras
descubrir un material en la computadora de su marido que la perturbó.
El FBI y la oficina de asuntos internos del NYPD confiscaron la
computadora y encontraron los correos electrónicos sobre el complotque
fueron intercambiados con residentes en otros países y fueron enviados a
enviados a un tipo de "chat" fetichista.
El FBI encontró además un documento titulado "Plan maestro para secuestrar y cocinar",
que incluye el nombre de la víctima (no identificada en la denuncia),
fecha de nacimiento, peso, altura, talla de brasier y los materiales que
necesita.
El
19 de julio, Valle indica a su co-conspirador que comerá con una
víctima potencial. El 22 de julio, el policía toma el lunch con una
mujer en un restaurante, según lo señalan documentos de corte; sin
embargo, no hay información de que alguna fémina sufriera daño.
De
acuerdo con la denuncia penal, el 28 de febrero, Valle sostuvo
conversaciones con otro co-conspirador descrito como CC-2. El
funcionario se ofreció a secuestrar a una mujer (identificada como
víctima 2) por $5,000 argumentando que prefiere no participar en su
violación.
"Es
toda tuya. Tú estás pagando por ella…", escribió el uniformado. "Yo
estoy poniendo mi cuello en la línea…tú necesitas asegurar que ella no
será encontrada".
Valle
se mantuvo firme en no negociar un precio menor por el secuestro y
describe su excitación por noquearla, amordazarla y meterla en una
maleta.
"Será muy duro contenerme cuando la golpee, pero yo aspiro a ser un secuestrador profesional y así son los negocios".
El
FBI explica que investigaciones posteriores arrojaron que Valle hizo y
recibió llamadas en el área donde vivía la víctima que sería
secuestrada, en Manhattan. Cuando los agentes la entrevistaron, la mujer
dijo no conocer al policía.
La
denuncia indica que el uniformado tenía archivos con información de
unas 100 mujeres, de la cuales 10 afirmaron conocer a Valle.
Según
la investigación, Valle accedió sin autorización al Centro Nacional de
Información sobre el Crimen (NCIC) en mayo, y obtuvo información de una
mujer que coincidía con los archivos personales hallados en su
computadora.
Valle
fue acusado en la Fiscalía Federal de Manhattan de un cargo de
conspiración para cometer secuestro, que conllevaría a una sentencia
máxima de cadena perpetua y una multa de hasta $250 mil. También
enfrenta un cargo de acceso no autorizado a una base de datos de una
agencia oficial, lo que implicaría una pena máxima de cinco años y una
multa de hasta $250 mil.
"No
puedo creer que un policía que trabaja en mi vecindario pueda tener una
mente torcida para planear atrocidades", dijo la dominicana Luvina
Rodríguez, vecina del Cuartel 26.
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