Por Marcos Sánchez
República Dominicana.-
Me estaba preguntando si se trató siempre de un exceso de confianza o quizás simplemente, una actitud adversa. Lo cierto es que miré atrás y un torbellino de gratos recuerdos pasó rápidamente por mi cabeza.
República Dominicana.-
Me estaba preguntando si se trató siempre de un exceso de confianza o quizás simplemente, una actitud adversa. Lo cierto es que miré atrás y un torbellino de gratos recuerdos pasó rápidamente por mi cabeza.
Vivencias
únicas, palabras irrepetibles, momentos auténticos, experiencias
inigualables. Cerré mis ojos y el visor mental me trasladó aún más a la
irrupción de todo esto que nunca supe o quise darle nombre. Sonrisas y
gestos de bondad, caricias tiernas y miradas coquetas…
Mirando
lo implacable que es el tiempo, apareciste con una aguerrida y
desmesurada certeza de que, queriendo lo lograrías, mas dejabas rastros
de un viejo e infantil plan. No se trataba de nada similar a estrato
social, color de piel o condición económica. Era más bien, un
combustible pugilato sin razón de ser y carente de causa.
Darle
crédito a esos pensamientos me turbaba y opté por no darle albergue a
esa posibilidad debido a lo inmadura de la misma. Estaba claro que no
sería tema que dominaría nuestros tórridos encuentros, no obstante me
quedaba valorando esa posibilidad…
De
repente, ya éramos adultos. Con todo y que tomamos boletos a destinos
distintos no hubo falta del uso de la tecnología para volver a contactar
o reencontrarnos. ¿Magia a favor nuestro?. Nunca lo creí. Por fin nos
hicimos presa de la divagación, sin preguntas o reparos en el paso de
las horas.
Se
preguntó si el plan era tangible y la respuesta no fue del todo
satisfactoria. Se trató realmente de un gesto arrogante de ver quién
podía más. Eso acabó con una gran parte de mi ya que mis sospechas
legítimas, se hicieron factibles en un instante tornando trémulo a todo
mi ser…
Acongojado miré tu lejana vista y sin articular una sola palabra, pude constatar de que sí hubo algo, pero no se podía definir porque el concepto era una mezcla de lo abstracto y la intención de que fuera cierto.
Fue entonces cuando se provocó ese final encuentro en donde se reclamó de un acto del cual se había vivido prácticamente media vida. Fue allí que desperté y sin pedir explicaciones, surgió la inexorable partida…
Cuentos Sociales: "La Inexorable Partida..." © 2012 Marcos Sánchez. Derechos reservados.
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