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Cristian Fernández, un adolescente de 13 años, va a ser juzgado como un adulto en Florida tras matar a su hermanastro de dos años y abusar sexualmente de otro hermanastro de cinco años.
Es el reo más jóven en el Estado norteamericano a la espera de juicio, claramente marcado por una infancia terrible que ha tenido consecuencias en su comportamiento.
La violencia y los abusos han estado presentes desde su concepción, ya que tras esta su padre fue condenado por abusos sexuales.
Fue abandonado por su madre, de 14 años, y criado por su abuela, pero esto no fue a mejor con el tiempo. Asaltado sexualmente por su primo, y golpeado por su padrastro, Cristian creció en un ambiente que ahora ha marcado si carácter.
Ahora espera condena tras matar a su hermanastro de dos años y abusar de su otro hermanastro de cinco. Ante la atrocidad de estos crímenes se ha decidido que sea juzgado como adulto.
Por el asesinato en primer grado de su hermanastro, podría enfrentarse a una condena de cadena perpetua, lo que ha levantado cierto debate en EE.UU. sobre si es una pena demasiado estricta para un menor.
La Corte Suprema de los EE.UU. legisló este mismo verano que era inconstitucional la cadena perpetua para menores. Esta sentencia puede cambiar la jurisprudencia en el país en cuanto a la condena a menores de edad acusados de asesinato.
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