Alastair Reynolds
Nuestro mundo cambia más rápido que nunca y en años 
recientes, una serie de tecnologías revolucionarias han pasado de ser 
algo de ciencia ficción a una realidad en nuestras vidas.
Estas nuevas tecnologías, combinadas con cambios
 demográficos y la globalización, tendrán un profundo impacto en el 
futuro de las pequeñas y medianas empresas.
¿Quién hubiera pensado que la 
maquinaria avanzada y electrónica, como por ejemplo los sistemas de 
navegación GPS, que hace tan sólo una década parecían de ciencia 
ficción, formarían ahora parte de nuestra rutina?
Incluso las tabletas, que aparecieron proféticamente en la película 2001 Space Odyssey (2001 Odisea en el Espacio) de Stanley Kubric en 1968, formaban antes parte del mundo de la ficción.
                     
Siempre es difícil de predecir el impacto de los
 desarrollos tecnológicos, pero estamos ya siendo testigos de cómo 
nuestro lugar de trabajo cambiará en un futuro próximo.
Telepresencia robótica

Alastair Reynolds es un autor británico de ciencia ficción y cree en un futuro con telepresencia robótica. 
Muchas de las tareas que realizamos normalmente 
en la oficina pueden hacerse en casa; podemos compartir y discutir 
documentos y tenemos acceso a videoconferencias.
Pero más allá de esto lo más excitante es la potencialidad de la telepresencia robótica.
Estos sistemas relativamente simples; usando cámaras, micrófonos, altavoces y pantallas, ya están siendo utilizados.
Cirujanos usan la telepresencia robótica para trabajar en salas de cirugía a miles de kilómetros de distancia.
Algunos de los que han usado la telerobótica han
 descrito un fuerte sentimiento de sentirse "encarnados" en remotas 
ubicaciones, como si realmente estuvieran allí.
Siempre habrá ocasiones en las que quisiéramos 
ser otra persona, pero la telepresencia robótica podría tener 
consecuencias revolucionarias; una combinación de visión en 3D, 
percepciones táctiles y control telerobótico del cuerpo entero, podrían 
eliminar la necesidad de viajar físicamente.
Comercios virtuales

Tendremos que acostumbrarnos a conversar con robots. 
La tradicional evolución de las calles 
comerciales en las ciudades ha sido testigo del colapso de los pequeños 
comercios en todo el mundo.
En países como Reino Unido, el 37% de las 
pequeñas y medianas empresas, creen que en 50 años los centros 
comerciales convencionales desaparecerán y la telepresencia avanzada 
podría proporcionar muchos de los beneficios que nos da entrar en una 
tienda tal y como lo hacemos ahora.
De hecho, la robótica y la realidad aumentada 
podrían dar paso a la creación de calles comerciales híbridas, es decir,
 donde elementos físicos y digitales estarán presentes de forma 
simultánea.
Una empresa pequeña o mediana operando sin una 
ubicación fija podría limitarse a alquilar una propiedad vacía en la 
calle y luego llenarla con productos y servicios virtuales.
Imaginen a cientos de clientes en una tienda vacía a la vez, todos experimentando distintos entornos de realidad aumentada.
La tentación podría ser asumir que las calles 
comerciales que conocemos serán sustituidas por presencias completamente
 electrónicas, pero debemos tener en cuenta que a la gente generalmente 
le gusta interactuar con los demás.
Una calle comercial híbrida sería por lo tanto una posibilidad.
Comercio global

Los descendientes de las primeras impresoras 3D podrían revolucionar la industria tal y como la conocemos. 
Con la eliminación de las restricciones de 
comercio que suponen los distintos tipos de moneda y las fronteras de 
los estados, y el advenimiento de una fuerza de trabajo multilingüe y 
multicultural telepresente con gran variedad de zonas horarias, parecerá
 prohibitivo e innecesario para muchas empresas el estar vinculados a un
 determinado país, o tener algo parecido a una sede.
Sin embargo, esto podría entrañar riesgos para 
el mundo de los negocios, en particular en un mundo donde la propiedad 
intelectual emerge como una fuente de ventaja competitiva.
Los mundos virtuales continuarán desarrollándose
 a lo largo del tiempo, siendo cada vez más realistas y, sobre todo, más
 fáciles de navegar. Inevitablemente, las economías operando en espacios
 virtuales serán más complejas, con sus propias instituciones y leyes.
La tecnología erosionará una por una todas las barreras que impedían a las pequeñas empresas comerciar a nivel internacional.
Traductores de voz a tiempo real están empezando
 a aparecer en el mercado gracias a aplicaciones para celulares, y las 
impresoras 3D de escala industrial, posiblemente incorporando elementos 
de la nanotecnología, sustituirán a las tradicionales fábricas, 
permitiéndonos imprimir aparatos como autos o lavadoras de ropa.
El ejército estadounidense ya está entregando este tipo de impresoras a laboratorios en Afganistán.
Si cada individuo es capaz de imprimir objetos 
en un futuro próximo, es posible que esto cause un gran efecto en la 
industria a nivel global.
Por su parte, la investigación y desarrollo a 
nivel militar es parte responsable del avance de los autos no pilotados.
 Tres estados de Estados Unidos han legalizado los autos sin conductor, 
cuyo uso tiene enormes implicaciones a la hora de proporcionar servicios
 y productos.
Inteligencia artificial

Japón construyó un robot pilotable que recuerda a al 'Robocop' de la película. 
Estos avances son sólo parte de una tendencia 
más amplia donde robots autónomos jugarán un rol cada vez más importante
 en nuestras vidas; robots limpiadores ya patrullan los rascacielos de 
Tokyo durante la noche.
Aunque los humanos siempre serán mejores para 
ciertas tareas, no hay duda de que los robots serán algo muy común en 
nuestras vidas durante las próximas décadas (incluso si no son tan 
impresionantes como el superrobot japonés pilotable Kuratas).
Nadie puede decir no obstante que la verdadera 
inteligencia artificial, que dotará a las máquinas de conciencia y 
sentido de la identidad, está en el horizonte.
Al final nos daremos cuenta de que esto no 
supondrá una diferencia importante, al menos no para nosotros. Las 
máquinas, por supuesto, tendrán distinta opinión.
Predecir el impacto de las futuras tecnologías 
nunca ha sido más fácil, pero si empezamos a pensar sobre el futuro y 
empezamos a entender los riesgos y retos que nos esperan, evitaremos 
estrellarnos contra ellos cuando sean una realidad.
                     BBC Mundo 




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