Atender los síntomas de la depresión requiere el apoyo de un especialista.
Foto: Archivo/La Opinión
Y aunque esta confusión parecería no representar ningún daño, la realidad es que provoca que se piense que la depresión
es algo tan superficial que puede superarse con buena voluntad, cuando
en realidad se trata de algo mucho más serio y que requiere atención
especializada.
Debido
a que la depresión es una enfermedad que tiende a presentarse varias
veces en la vida, a cada una de las presentaciones se le llama episodio
depresivo. Una persona puede tener uno o varios episodios a lo largo de
la vida, lo más común, es que sean más de uno, y habrá alguien que sólo
haya presentado un episodio en la vida, y que se haya auto limitado,
esto es, quitado solo.
Sin
embargo, son contadas quienes experimentan esto, y de ahí que exista la
falsa creencia de que la depresión se quita “echándole ganas”, o que se
puede curar haciendo un gran esfuerzo y proponiéndoselo.
Incluso,
hay quien es capaz de ponerse a sí mismo como ejemplo de que ha logrado
superar la situación a voluntad, esto hace que las personas que tienen
depresión se sientan todavía más incapaces, más frustradas y
decepcionadas, porque no les funcionan las recomendaciones, y a veces no
tienen la energía para seguir todas las indicaciones que les dan sus
familiares, conocidos o amigos.
Nada mejor que el diagnóstico
Hay que tomar en cuenta, que como cualquier enfermedad,
requiere ser diagnosticada y tratada por un médico, y sólo él puede
determinar si es necesario consumir algún medicamento, así como la dosis
y el tiempo de tratamiento.
Además
recomendará el tipo de psicoterapia que deberá acompañar al
medicamento, pues también los enfermos suelen ser víctimas de las
recomendaciones de quienes con muy buena fe quieren ayudarlos a superar
el problema, pero que no tienen ningún conocimiento médico y en vez de
ayudar pueden entorpecer el tratamiento y la evolución del enfermo.
De frente a la depresión
Es
muy importante aprender a reconocer los síntomas que puede presentar
alguien cuando realmente atraviesa por una depresión y diferenciarlo de
un momento de tristeza, al que cualquier persona es proclive.
La
tristeza es una emoción que como cualquier otra, puede aparecer por
momentos o ser provocada por alguna situación especial, como por
ejemplo, ver una película triste o recibir una mala noticia, pero no
necesariamente es igual a estar deprimido, tiene una duración limitada y
por lo tanto, no se requiere un tratamiento especial.
Aunque
esta emoción forma parte de los síntomas de la depresión, se requiere
la adición de otros síntomas que deben estar presentes al menos dos
semanas para considerar un episodio depresivo.
¿En
qué consisten estos síntomas? Primero debe haber un estado de ánimo
bajo, y pérdida del interés por las cosas que antes se disfrutaban, y al
menos cinco de los siguientes síntomas por un periodo continuo:
1) Cambios significativos en el peso (disminución o aumento) sin causa aparente.
2)
Alteraciones en el sueño como insomnio o hipersomnia (dormir más de lo
habitual o tener sueño todo el tiempo, a pesar de haber dormido las
horas de siempre).
3) Cambios en la energía, como estar más lento de lo habitual o muy inquieto.
4) Fatiga o pérdida de la energía la mayor parte del día.
5)
Sentimientos de culpa, reproches o de minusvalía es decir sentir que
uno vale menos que los demás, o que la enfermedad es como castigo por
algo que se hizo.
6) Dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones.
7) Pensamientos recurrentes de muerte o suicidas.
Estos
síntomas generalmente provocan malestar en diferentes áreas de la vida
de la persona, dependiendo de la edad y la ocupación puede haber faltas
escolares, o disminución en el rendimiento escolar, en el caso de las
personas que trabajan pueden tener inasistencias al trabajo por el
malestar emocional, rendir poco en el trabajo y en el aspecto familiar,
tener muchos conflictos con el resto de los integrantes.
Brindar
apoyo a quienes nos rodean es un acto de solidaridad, sin embargo, no
hay que minimizar nunca su situación y sí asegurarnos de que la ayuda
que podamos ofrecer debe ser completa y buscando en todo momento que
cubra las necesidades del receptor y que las cosas se sucedan como uno
lo impone, sobre todo cuando se trata de procurar la salud mental.
Colaboración de Fundación Teletón México.
“El principio de la paciencia empieza por uno mismo”.
Bojorge@teleton.org.mxEL Diario
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