Por Marcos Sánchez
República Dominicana.-
No sé si seremos los primeros en esta parte del Atlántico, pero a los dominicanos nos gusta automedicarnos a más no poder.
República Dominicana.-
No sé si seremos los primeros en esta parte del Atlántico, pero a los dominicanos nos gusta automedicarnos a más no poder.
El asunto es simple: creemos que lo sabemos todo y por una inexplicable y absurda razón, no nos gusta preguntar.
Un domingo cualquiera voy rumbo al cine en una guagüita de las que han invadido toda ruta imaginable a las afueras de la ciudad y zonas aledañas. El chofer rápidamente hace contacto visual y me reconoce del programa de TV y me dice:
-“¿Amigo uté noé el de la película en la televisión?”
-“Sí, para servirle”, le contesto.
-“¡Gonzalo ahí ‘tá! Pregúntale a ese señol que se ve e’ un hombre que sabe de ‘tó”, dice el cobrador en tono ultra alto que le rompía el tímpano a cualquiera.
-“Jefe” (me dice el chofer) ¿“Qué uté cree de la patilla pa’dale vigol maculino al hombre?”.
En eso se escucha una risa coloquial (entre masculinos y femeninos), ya que la pequeña vanette estaba atestada de pasajeros que se dirigían a la parte Oeste de la ciudad.
-“Bueno, lo importante de ese asunto es que la persona que la vaya a consumir, sea bajo prescripción médica porque nadie puede administrarse un medicamento sin antes saber cómo reaccionaría al mismo. Fíjese siempre donde dice leáse antes de usar”, detallo.
-“¿Tu vé? jejeje ¡ay papá!”, dice el cobrador.
En eso veo medio pensativo al chofer y para no cometer una infracción en público, le digo al chofer:
-“Chofer, la película se acaba cerca de las 9:30 PM, ¿usted cree que habrá transporte a esa hora?”. El me mira y le hago una seña y me dice:
-“¡Pero uté sabe que uté’e mi helmano! ¡Dígame su teléfono y yo le llamo pa’ vení a bucalo!”.
Los pasajeros nueva vez vociferan y en esta ocasión me tildan de “estar frío” y frases afines. Por fin me dejan en el cine en las afueras de la ciudad, cruzo y ellos continúan. En unos 2 ó 3 minutos me llama el chofer y me dice:
-“¡Mire a la veldá que uté’e un montro caballo! ¡Uté se la llevó!”
-“¡Que va! ¿Dígame cual de ustedes dos es que se va a tomar la pastilla?”
-“La vaina e’má seria de ahí montro”, me dice.
-“¿Pero que fue lo que pasó?”, pregunto.
-“¡Uté no sabe que me cité a una chica y deseperao’ me tomé la patilla alante!”, me dice medio asustado.
-“Bueno, no debiste haber hecho eso, ¿pero a qué hora es el asunto?”
-“¡Esa e’ la vaina montro! ¡Que la tipa me llamó y me dijo que no iba a podé salí conmigo y ahora toy yo aquí con eta vaina como un cañón ata no sé cuando!”
Eventualmente lo puse en contacto con un médico amigo y hubo que llevárselo para Santo Domingo unas horas después. Lograron controlar el priapismo. Varias semanas después del incidente, me llamó al móvil y al abordarme bien animado me dice:
-“¡Montro avíseme cuando uté vaya pal cine que uté sabe que e’ta guagua e’suya!”
-"Siempre le agradezco el gesto amigo mío"
Antes de colgar me dice una frase fija: “¡Léase ante' de usase! No voy a olvidá esa vaina!”
Cuentos Sociales: "Léase antes de Usarse". © 2009-2010-2012 Marcos Sánchez. Derechos reservados.
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